MÚSICA: Michael Nyman en la UNAM


El compositor británico Michael Nyman, de visita en la Ciudad de México, ofrecerá un recital de piano en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM el próximo viernes 10 de junio

Por Javier Pérez

“La preocupación por estructuras armónicas repetibles y variables y una aguda sensibilidad hacia las inquietudes organizativas, sistemáticas y temporales” (Russell Lack) son los rasgos más reconocibles en la música de Michael Nyman (Londres, 1944). Sus creaciones, “exuberantes y energéticamente infecciosas” (Peter Greenaway), principalmente las que ha hecho para el cine, han sido tan denostadas como alabadas. Al tipo se le considera como el primero en emplear el término “minimalista” referido a la música (cuando, en su etapa de crítico en The Spectator, lo utilizó al reseñar, en 1968, The Great Digest de Cornelius Cardew) y ahora es considerado como uno de los grandes representantes del minimalismo musical por su estilo, donde la repetición y el reciclaje son cosa habitual.

Inclinaciones propias


“Prefiero componer mi propia música. La que se hace para cine responde a los intereses, agendas, horarios, estructuras y propósitos ajenos. Si tuviera que elegir como último trabajo entre la composición de música para una película y un proyecto mío, definitivamente me inclinaría por mis propias ideas. En la ópera, o los cuartetos de cuerdas, tengo que decidir todo en cuanto a orquestación, composición e incluso dirección. Aunque no digo que hacer música para películas esté mal; está bien, pero estás en función de otro”.


Ésas son las palabras del propio Nyman, quien si por algo es conocido, es por su trabajo en la música para películas, y principalmente por su estrecha colaboración con el cineasta galés Peter Greenaway entre 1976 y 1991 (aun y cuando su soundtrack más conocido sea
El piano, preparado para una película de Jane Campion). Sin embargo, los intereses de Nyman lo inclinan en otras direcciones.


Su carrera no sólo incluye música para películas, sino además arreglos como con el que inició su carrera, composiciones originales en ópera (la primera fue
The man who mistook his wife for a hat de 1986), para cuartetos de cuerda, coros, orquestas sinfónicas, coreógrafos (como Siobhan Davies, Shobana Jeyasingh, Lucinda Childs, Karine Saporta y Stephen Petronio), exposiciones (como la del diseñador Yohji Yamamoto), danza, comerciales, videojuegos y hasta experimentos como el que realizó en la película Voraz (Bird, 1998) con Damon Albarn.


Aunque eso no ha evitado que Nyman haya entregado soundtracks tan destacados como el de El contrato del dibujante (Greenaway, 1982), El cocinero, el ladrón, su esposa y su amante (Greenaway, 1989), Los libros de Próspero (Greenaway, 1991), el citado El piano (1993), The end of the affair (Jordan, 1999),
Wonderland (Winterbottom, 1999) o The claim (Winterbottom, 2000). Lo principal para él es influir en el desarrollo emotivo de la película.


“Puedo escribir (la música) cuando ya está listo el filme, puedo estar involucrado en la producción. Por ejemplo, cuando hice
El piano, la música ya tenía que estar lista, porque Holly Hunter debía aprender cómo tocarla para varias de las escenas. Ocasionalmente, estoy en los sets o locaciones, como en Los libros de próspero.


“Pero regularmente, se compone cuando el filme ya está terminado. Es triste, pero a veces no te toca entrar en el proceso creativo de los actores y su relación con el director. Cuando haces la música antes de que el filme esté terminado tienes la oportunidad de influir en el desarrollo de la película, en la forma en cómo se sienten los actores y cómo se desenvuelven en relación con la historia. Cuando el proceso ya concluyó, no puedes influir, y no hay muchos cambios orgánicos”.


La capacidad de influir en el desarrollo emocional de una cinta, de la que habla Nyman, se hizo evidente en su primer gran trabajo en cine:
El contrato del dibujante, donde construyó la música durante el periodo de preproducción a partir de una “simple descripción” (Greenaway) del filme.

“(Peter Greenaway y yo) fuimos amigos antes de colaborar juntos. Él era el director y yo el compositor, pero básicamente éramos dos artistas colaborando juntos y cada quien respetaba el trabajo del otro. Aunque él siempre me daba sugerencias.
El contrato del dibujante fue más allá de la relación regular. Tuve libertad para tomar mis propias decisiones y estructurar mis ideas y creaciones musicales, pues me tomé muy en serio sus peticiones“.


En su relación con el director galés (con quien rompió hace unas dos décadas), Nyman pudo explorar y explotar un estilo vuelto característico y que el propio Greenaway definió así: “La música de Nyman es a menudo muy simple en estructura: muestra su armazón admirablemente, tiene un gran respeto por la melodía, disfruta la repetición, tiene un sentido irónico de su propia existencia y es auto reflexiva”.


En cuanto al reciclaje, Nyman comenta: “Me gusta reciclar. Me gusta trabajar las piezas y transformar sus estructuras. A veces incluso me piden reciclar algunas. He unido dos piezas que para mí están muy relacionadas y las reubico: al final sé que se convierten en piezas completamente diferentes. Otras veces he alargado piezas cortas. Busco colocar la música en diferentes ideas y caminos. Lo hago todo el tiempo. A veces todo el mundo lo sabe y otras es mi secreto. Pero ése es mi negocio”.


Ejemplo claro de ese reciclaje (al mismo tiempo que de influencia en el desarrollo de una historia) es lo que hizo en un filme como
El cocinero, el ladr{on, su esposa y su amante. Ahí reutilizó el tema “Memorial”, ya existente; Greenaway utilizó una grabación de una interpretación en vivo para coreografiar las secuencias que le interesaban. “Al momento de grabar la nueva versión, tuvimos que hacerlo tal cual se oía la otra”, comentó Nyman.


A la mayoría de sus composiciones, además, se les ha encontrado una característica con la cual ha tenido que cargar: se trata de música melancólica. “Es curioso, pero la gente ubica mi música como melancólica, pero a veces, como sucede por ejemplo en
El contrato del dibujante, resulta que tiene un carácter muy positivo.


“Quizá tenga algo que ver con mi formación. O con que mis abuelos eran de Europa del Este. No lo sé. Quizá me sale de forma muy natural. Toda mi música es muy melancólica. La melancolía, de hecho, es algo que veo como el primer acento de mi música”.

Nyman en México

Nyman volverá a presentarse en México, ahora en un concierto de piano solo en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM (Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria). Interpretará temas de las películas Wonderland, Gattaca, The end of the affair, The diary of Anne Frank, The piano y À propos de Nice. Además, se proyectarán fragmentos fílmicos de Jean Vigo y Michael Nyman.


FOTO: CORTESÍA DIRECCIÓN DE MÚSICA UNAM / FRANCESCO GUIDICINE

Comentarios

DARLETTE DIAN ha dicho que…
Amigos! Quise checar esta publicación pero la letra que seleccionaron para ella casi no se entiende, Probablemente sea porque lo hago desde mi mini PC, pero de todas formas les dejo el dato. Saluditos! Atentamente: Lucyn

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