MÚSICA: Entrevista / Stuart Braithwaite de Mogwai
Por Javier Pérez
Stuart Braithwaite es uno de esos
creadores que prefiere que su obra, y no sus palabras, hable por él. En su
caso, la música creada junto con Dominic Aitchison, Martin Bulloch, John
Cummings y Barry Burns; la música de Mogwai. Esta banda escocesa, formada en
1995, se caracterizó desde su álbum debut, Young
Team (1997), por la construcción de temas mayoritariamente instrumentales
con atmósferas que si bien poseían una esencia evidentemente punk, también podían
relacionarse con el noise.
En la música de Mogwai, banda que forma
parte de la segunda edición del Festival Corona Capital, que este sábado 15 se
desarrollará en el Autódromo Hermanos Rodríguez, además de la base conformada
por largas y densas secuencias de guitarra (cortesía de Braithwaite principalmente),
caben las distorsiones, las repeticiones, las inserciones de grabaciones de
programas de radio y televisión, ruidos ambientales, entre otros elementos
característicos del también conocido como arte sonoro. Además de matices
melancólicos. “With Portfolio”, uno de los diez tracks de su primera
producción, es un claro ejemplo de esto por la manipulación sonora que la
integra.
Para
Braithwaite la cuestión es más simple. “Creo que la melancolía es la atmósfera
natural de nuestra música, es la manera como la tocamos. Simplemente es así”, dice
durante una entrevista telefónica. Y agrega: “La integración de sonidos de la
cotidianidad resulta bastante confusa pero al mismo tiempo funciona muy bien. Y
definitivamente la disfrutamos mucho”.
No
obstante, el líder del quinteto de Glasgow –muy dado a la concisión– no puede
dejar de admitir que lo que podría definirse como sus narrativas sonoras se
hacen cada vez más complejas.
"Siempre
nos ha movido un interés por la variedad, pero es cierto que éste se ha vuelto
más complejo. Cuando empezamos la banda nuestro sonido era más simple y
paulatinamente fuimos trabajando las estructuras y las hicimos más complejas".
Los
16 minutos de “Mogwai Fear Satan”, con la que concluía su primer disco, ya
anunciaban lo que venía. Come on Die
Young (1999), o CODY, comienza
con una elegía del punk con “Punk Rock”, tema cuya base es un diálogo de Iggy
Pop tomado de una entrevista, y se construye a partir de estructuras más
pausadas y melancólicas. A partir de Rock
Action (2001) se percibe un interés mucho mayor por la incorporación de
nuevas tecnologías en la creación musical contrastada con un uso digamos que
más orgánico de guitarras y batería.
"De
verdad estamos muy emocionados con las nuevas tecnologías y las usamos bastante
para escribir nuestras canciones. Usamos muchos sintetizadores, muchas
secuencias de percusiones, se nos da de manera muy natural pues siempre nos
emociona usar diferentes tipos de cosas".
En
su cuarto álbum de estudio, Happy Songs
for Happy People (2003), Mogwai da mayor peso a lo electrónico, aunque
también incluye chelos, violines y viola en una conjunción que demuestra su
interés por la textura de la música y la evolución musical. Ya con el
multiinstrumentista Barry Burns en plan grande, Mogwai entregó un formidable y
emotivo Mr. Beast en 2006, mucho más
cercano al punk que al trip hop que se dejaba sentir en su álbum anterior.
"Mogwai
es simplemente una banda de rock y todo lo demás es resultado de que tratamos
de divertirnos haciendo nuestra música –explica Braithwaite–.
Definitivamente empezamos la banda sintiendo que éramos una banda de punk, pero
nunca se nos ha considerado particularmente como tal".
The Hawk is Howling (2008),
su sexto álbum, es un ejemplo de que su música trasciende las clasificaciones.
Su sonido transita por diversas atmósferas, volviéndose a ratos más lúdico y a
ratos más denso. Aquí, los títulos de los temas tienen una carga mayor de
ironía, lo cual caracteriza a la banda. “Los títulos simplemente nos los
tomamos como algo muy divertido, no nos los tomamos con mucha seriedad”, dice
el guitarrista.
La
presentación de Mogwai, programada para las cinco de la tarde del sábado 15 en
el escenario Corona Stage, seguramente estará guiada por el track list de Special Moves, su disco en vivo de 2010,
aunque con la incorporación de temas de su séptimo álbum, Hardcore Will Never Die, but You Will (2011), y su EP de reciente
aparición Earth Division, materiales
que se gestaron “simultáneamente, como si hiciéramos un álbum normal. En
realidad, son el mismo proyecto” (sería curioso que interpretaran “Mexican
Grand Prix” en el Autódromo).
Aquí
volvieron al uso de vocales (cantadas o habladas) que habían dejado en The Hawk… “Como nuestra música es lo más
fuerte –explica Braithwaite al
respecto del uso de voces casi susurrantes–, cuando cantamos
lo tenemos que hacer muy despacito”.
–Aquí
en México van a tocar en el festival Corona Capital, ¿cómo se sienten de presentarse
en un estadio y no en un teatro…?
–No
solemos tocar en estadios, de hecho casi nunca lo hemos hecho, pero por mi
parte me siento contento de dar un concierto, en cualquier lugar. A veces
funciona muy bien en estadios y a veces te va de la patada y lo mismo sucede en
lugares cerrados y pequeños. Pero nunca lo sabemos hasta que no estamos ahí.
–Se
les identifica como una banda independiente, en ese sentido, ¿cuál es su
opinión sobre el movimiento indie?
–Siempre
hemos publicado con sellos independientes y crecimos en ese ambiente, pero
mucha gente utiliza ese término para cualquier banda formada por cuatro tipos
con guitarras, pero la independencia es mucho más en términos culturales.
–Tienen
temas que hablan de la religión, ¿tienen un interés especial?
–Creo
que es un tema que tocan muchas bandas y de hecho nuestro temas provienen de
cuestiones más simples y cotidianas, no creo que se centren mucho en la
religión, supongo que el hecho de que varias canciones traten de religión es
más bien una coincidencia, no una preocupación.
Entrevista publicada originalmente en el diario El Financiero, sección cutural, el 13 de octubre de 2011. Foto: Cortesía Arts & Crafts México.
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