Sinfónico, en español y en el Auditorio
Con casa llena en el #AuditorioNacional se presentó #RockEnTuidiomaSinfónico, proyecto que nació de la intensa curiosidad de Sabo Romo y que por segunda noche consecutiva se presentaba en el coloso de Reforma.
Foto: cortesía Ocesa / Lulú Urdapilleta |
Este sueño de reversionar éxitos de rock español de los años ochenta y noventa surgió en 2010, una idea de Sabo y Eliseo Reyna, su amigo. Querían un show eléctrico con cuerdas, pero su disquera propuso que fuera sinfónico. Aceptaron. Hoy, después de meses de gira, Sabo y su banda de rock moderno tocaron ante casi 10 mil personas.
Sabo vistió con la formalidad que le permite usar saco, camisa y corbatín combinados con una bermuda de casimir acaso más larga de las que suele usar, y luciendo a sus 53 años su larga trenza plateada.
En más de una ocasión, Sabo recurrió a la típica mofa de la gira, diciendo que tenían que apurarse, porque si no, les cerrarían el asilo. Pero él se veía muy tranquilo, moviéndose por todo el escenario, y funcionando como narrador del evento y de la presentación de sus cuates y cómo fueron apareciendo en su vida.
Habló de la época de cada rola, de los lugares donde tocaron, como Rockotitlán. El primero de los invitados especiales en salir al escenario fue Bon, de Los Enemigos del Silencio, quien interpretó “Parecemos monitos”.
Foto: cortesía Ocesa / Lulú Urdapilleta |
Le siguió Kass, de Los Amantes de Lola, que demostró que tiene un vozarrón al cantar “Creo que”. Luego le tocó el turno a Leonardo de Lozanne, de Fobia, para interpretar “Microbito”. No faltaron los chiflidos. Cuando apareció en escena Marciano Cantero, el aplauso fue estruendoso. Y más cuando Sabo anunció que era el cumpleaños de su amigo; la banda tocó las primeras notas de “Las mañanitas” y, sin recibir indicación alguna, el público se encargó de interpretarlas. Marciano agradeció alzando las manos y empezó a cantar “Te vi en un tren”, un clásico de Los Enanitos Verdes.
Vestidos de color oscuro salieron Piro (Ritmo Peligroso), Humberto Calderón y Sergio Santacruz (Neón) y Cala (Rostros Ocultos), cada uno a su estilo e interpretando algún éxito de sus respectivos grupos. Piro cantó “Déjala tranquila”, los de Neón, “No hay nada eterno”, y Cala, “El último adiós”.
Sabo se quitó el saco y anunció que el mejor momento es cuando los músicos afinan sus instrumentos. Entonces se iluminó una gran cortina detrás de ellos donde se proyectaron las siluetas de los violines, trompetas, violonchelo y más, instrumentos de la Camerata Metropolitana bajo la dirección del compositor Felipe Pérez.
Luego de un breve silencio, la cortina cayó y la banda de rock y la Camerata se fundieron en un solo sonido. Sabo, con una voz baja pero entonada, empezó a interpretar “Mátenme porque me muero”, de su banda Caifanes. Mencionó a Saúl Hernández como intérprete oficial, pero dijo que esta noche él cantaría la rola, la cual le significa mucho porque este proyecto se tuvo que parar un buen rato debido a que sufrió un infarto.
La bataca, los violines y trompetas sonaron en armonía. Uno a uno, los invitados regresaron al escenario, en el orden como grabaron el DVD del disco.
Foto: cortesía Ocesa / Lulú Urdapilleta |
Bon salió a escena y se arrancó con “Voy a buscar”, en la cual el público cantó con él.
Salió a escena Kazz, quien vestía muy formalito con saco y peinado de una coleta, y Sabo lo presentó: “Hoy estamos más flojitos, pero ayer sí nos dio frío, además estamos en nuestro terruño porque somos chilangos, entonces de un chilango a todos mis hermanos les dedicamos esta canción” y sonó “Beber de tu sangre”, que provocó un grito ensordecedor por los asistentes. La interpretación de Kass lograba transmitir cada palabra del tema.
Sabo se mostró conmovido ante la respuesta del público, que permaneció de pie durante las 12 canciones que incluyen en disco CD-DVD del #RockEnTuIdiomaSinfónico.
“Es tan fácil romper un corazón”... terminaron de cantar Sergio y Beto, de Neón. Beto dijo: “No saben, la vista de aquí para allá es maravillosa, excelente, ¡qué chulo cantan!”, la gente aplaudió y gritó a su halago.
“Este es un tema de amor para quienes consiguieron al amor de su vida, por allá debe haber alguno y hasta algunos le pusieron a su chamaco “Papareoo” y cantaron su rola’Juegos de amor’”.
“Que llega a México La Unión y nos comparte su música”, dice Sabo, pero al escenario sube Piro para interpretar “Lobo hombre en París” y aulló de forma melodiosa y apacible, al ritmo que le marcaba la música.
Foto: cortesía Ocesa / Lulú Urdapilleta |
Y cambiando de tono y ritmo interpretó “Marielito", en el que el público bailó a ritmo guapachoso y mostró sus mejores pasos.
Al escenario regresó Marciano para interpretar "La muralla verde", en donde las voces de los asistentes sonaron en momentos más fuertes que Marciano, pero él fue marcando el ritmo. Después subió Leo de Lozanne con "El Diablo", y su voz parecía la misma que se escuchó en su disco “Mundo feliz” que grabó en 1991. Vestido de traje negro ajustado se movía a ritmo de su rola.
Llegó el momento arrabalero y romántico con
Cala al interpretar "Kumbala", canción de la Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, en la que se cambiaron el saxofón por los violines y las voces del coro Euterpe ambientaron de dramatismo este gran éxito.
Y un éxito de todo bar u antro sonó: “El final”; mientras Cala interpretaba su inolvidable rola, las luces sobre el escenario simulaban una gran discoteca. Cala se movió por todo el escenario y de un brinco casi cae, pero logró equilibrarse y regresó al centro con Sabo.
El momento de agradecimientos no faltó y Sabo presentó a todo el equipo, sin dejar de decir “yo sé que a ustedes les vale madres, pero yo tengo una gran necesidad de decirlo, aprecio que lo escuchen, y Eliseo es el productor ejecutivo de todo esto y quiero decir públicamente que es amigo, mi mentor, mi proxeneta… Amigo, te amo”.
El final fue un homenaje a Gustavo Cerati y todos interpretaron “Cuando pase el temblor”.
—Julieta Sánchez
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