RESEÑA: Retoma lo absurdo de la farsa

Por Julieta Sánchez

La obra Sofá, una comedia salvaje, de escenario y vestuarios psicodélicos, exhibe la vida de tres amigos que, sentados sobre un sofá flotante, sacan sus trapitos al sol a través de un humor que llega a la ridiculización y que raya en lo absurdo pero sin salirse de la realidad y la contemporaneidad.
Esta propuesta, dirigida por Daniel Ledesma (también actor con experiencia en cine y televisión) y bajo la producción de la compañía teatral Corporación Pátula, se presenta todos los miércoles como parte del ciclo Ópera Prima del Centro Cultural Helénico.
Sofá, una comedia salvaje, original del chileno Marco Antonio de la Parra, satirizaba mediante metáforas la realidad nacional que azotaba a su país por el régimen militar que tenía el control del gobierno. En el montaje que se presenta en el Foro La Gruta se apuesta por el sentido fársico de la puesta en escena, que, como afirman en Corporación Pátula, retoma el teatro del absurdo, incluyendo lo grotesco y el existencialismo. Aquí cada uno de los tres actores en escena debe hacer gala de sus dotes para expresarse a través del cuerpo, la improvisación, el clown y representar así un realismo psicológico.
Nurydia Briseño y Gabriela Moreno alternan funciones en el papel de Sally, esposa de Harry (Ledesma). Este matrimonio singular (aun en épocas de aparente libertad sexual) mantiene una relación abierta con el amante de ambos, Tommy (Tomás Rojas), hasta que en una aventajada venganza se desmenuzan secretos aberrantes.
Como toda farsa que se precie de serlo, Sofá tiene un sentido simbólico. Si se tratara de una obra realista, el espectador acabaría salpicado de sangre, tal y como sucede en Los baños, de Paul Walker, que montó en México Por Piedad Producciones.
Además de las tres mutilaciones que ocurren a lo largo de la historia (representadas con baños de confeti metalizado, decapitación incluida), en ella se hace gala de descripciones sexuales que bien podrían rayar en lo pornográfico. Pero se trata de una farsa y, como tal, su intención es provocar una catarsis que produzca un choque emocional no necesariamente circunscrito a la esfera realista aunque no se olvida de criticar aspectos de ésta como el consumismo de las masas.
Quizá no en la misma línea narrativa, pero sí con ese sentido trágico que aborda el tema de la sociedad podrida donde no cabe la idea de una familia perfecta, Sofá podría emparentarse con el teatro contemporáneo argentino de Daniel Veronese, de quien recientemente se presentó en México Mujeres soñaron caballos.
Es de destacar el trabajo de los diseñadores de vestuario y escenografía, Carolina Jiménez (directora técnica del grupo de danza contemporánea A poc a poc) y Óscar López (actor, director y dramaturgo), respectivamente, pues te sumergen, con los elementos necesarios, en un ambiente desquiciante.
Sofá, una comedia salvaje es una propuesta que difícilmente encontrarás en las farsas mexicanas porque no es una apuesta común. Los personajes, bien delineados por Ledesma en sus implicaciones sociales (el galán, la fácil y el sabio), transportan a lo que Marco Antonio de la Parra define como “una borrachera teatral que recoge mucho de las vanguardias históricas y del teatro del absurdo, pretende a un actor de gran capacidad actoral y le debe al cine mudo una plasticidad casi perversa. Este disparate permanente pone en peligro al intérprete y al público, extrema las posibilidad escénicas y apuesta a una realización que se aleje del teatro convencional lo más posible”.

Teatro Helénico (Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn). Mi, 20:30 h, hasta el 26 de agosto (excepto 5). $150. Boletos en taquilla y sistema Ticketmaster.

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