Escándalo americano
Podría
decirse que Escándalo americano (American
hustle; EU, 2013) es una screwball comedy,
aquel género popular en los años treinta y cuarenta en el cine hollywoodense en
el que el cine negro y el humor parecían fundirse. Las historias giraban
alrededor del crimen, las motivaciones de los personajes –cínicos en su
mayoría– solían ser de carácter sexual y los personajes femeninos eran a veces
hasta más importantes que los masculinos en una época en lo que eso era
impensable.
Escándalo americano reúne las características del
género. Y las potencializa combinándolas con una construcción fragmentaria que
recuerda mucho al cine de Martin Scorsese, del que parece tomar más de un
elemento. La película se ubica en 1978 y está basada en un hecho real –una
investigación llamada Abscam, en la que un estafador cooperó con el FBI en la
captura de altos funcionarios, congresistas y el alcalde de Nueva Jersey que
participan en actos de corrupción con miembros de la mafia– que el realizador
David O. Russell y su coguionista Eric Warren Singer modifican a su antojo,
aclarando desde el principio, como antesala del humor negro que seguirá, que
"algo de esto realmente pasó".
Escándalo americano es, esencialmente, una película
sobre el engaño y la mentira, pero también sobre el amor y las motivaciones y
acciones que, por muy bienintencionadas que sean, sucumben ante la ambición.
Que en algún momento se corrompen.
Aderezada
con actuaciones potentísimas, un ritmo atrayente guiado por una especie de
vaivén que encumbra y derrumba a los personajes en diferentes momentos, y una
fotografía y recreaciones coloridas, David O. Russell no se complica a pesar de
la complejidad de su trama. Inyecta las dosis necesarias de tensión, las
vueltas de tuerca suficientes y, desde luego, todo lo recubre con un humor que
se vuelve cada vez más negro a medida que la situación de los personajes va enredándose
con las cadenas de engaños de las que el propio espectador es víctima.
Irving
Rosenfeld (Christian Bale estupendamente irreconocible) es un tipo que tiene
una cadena de tintorerías en Nueva York pero, además, un negocio alterno. Es panzón
y cubre su calva de una forma intrincadísima, pero algo tiene que cautiva a
Sydney Prosser (Amy Adams, en gran papel), a quien conoce en una fiesta. De
inmediato conectan y se vuelven amantes, porque él nunca le oculta que está
casado con la inestable Rosalyn (Jennifer Lawrence, divertidísima), como
tampoco le oculta su verdadero negocio: estafa a gente desesperada por
conseguir grandes préstamos, quienes pagan sus honorarios sólo para que busque
un capital inexistente... en Londres.
Hasta
que a Sydney la engaña el agente encubierto Richie DiMaso (Bradley Cooper),
quien, con ella tras las rejas, "convence" a Irv de que
"coopere" con el FBI para atrapar a cuatro peces gordos. Pero la
ambición de DiMaso de pronto da un giro y pone su mira en el alcalde de Nueva
Jersey, Carmine Polito (Jeremy Renner, afortunadamente alejado de sus papeles
recientes de héroe de acción), quien quiere reactivar Atlantic City a costa de
lo que sea.
A Irv
se le viene el mundo encima. No quiere involucrarse con políticos ni con la
mafia con la que se relacionan pero no tiene alternativa, está enamorado de
Sydney pero no puede dejar a Rosalyn porque quiere mucho al hijo de ella,
Sydney parece una mujer despechada a quien le gusta mucho DiMaso, y DiMaso está
desbocado y hasta se da el lujo de golpear a su jefe apoyado por el mandamás a
quien le atraen los reflectores.
Los guiños
al cine gansteril van y vienen e incluso aparece, en una breve escena, uno de
sus actores emblema. Escándalo americano es
una película redonda que, sorpresivamente en Hollywood, tuvo 10 nominaciones al
Oscar. Entre ellas a sus cuatro actores (Adams y Bale en las categorías
principales, y Cooper y Lawrence en las secundarias) y la tercera consecutiva
para O. Russell, quien fue nominado por El
peleador (2011), Los juegos del
destino (2012) –con la que Lawrence ganó el Oscar el año pasado.
Por Javier Pérez
Escándalo americano estrena el 17 de nero de 2014 en México. Fotos: cortesía Sony Pictures.
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