ENTREVISTA: Un Otelo arriesgado
Por Javier Pérez
Hay dos razones por las que la directora teatral Claudia Ríos (Ciudad de México, 1965) decidió llevar a escena el Otelo de William Shakespeare: la primera, que fue la obra que se planteó dirigir al momento en que decidió dedicarse a esta actividad, aunque “tuvo que pasar mucho tiempo para que me sintiera suficientemente fuerte y experimentada para llevarla a escena, a pesar de que he tenido otros dos acercamientos fuertes al teatro clásico con La Celestina, en el año 2000, y La vida es sueño, de Calderón de la Barca, en el 2004”.
La segunda razón es personal, pues ella misma ha padecido los celos, tema principal de esta tragedia shakesperiana escrita aproximadamente en 1603. “Los celos son una enfermedad muy grave y entiendo que su origen es una baja autoestima, la inseguridad y una imaginación muy florida que da pie a atar cabos que son mentiras”.
De ahí que su lectura sea diferente a las acostumbradas, que suelen tratar a Otelo como la víctima de las intrigas de Yago. “Pero la verdadera víctima es Desdémona, que es maltratada, golpeada y finalmente muere estrangulada por el hombre que ama. Esto, desgraciadamente, está pasando mucho. Shakespeare lo detectó desde su época y desgraciadamente aún sucede”.
Y ésa es precisamente la virtud de los clásicos, asegura Ríos: “estos autores, que eran unos genios, conocían de tal manera la naturaleza del ser humano que todas sus obras resultan verdaderamente contemporáneas porque el ser humano sigue siendo igual: traicionero, celoso, amoroso”.
Para ella, resulta vital que las nuevas generaciones conozcan la literatura universal, “sobre todo en estas épocas en que México padece de tanta formación crítica y de valores. La Universidad (la UNAM, en cuyo centro cultural se estrenó la obra y que hizo un proyecto integral junto con Desdémona) considera, y estamos seguros que es su deber y obligación, promover la cultura y educación del ser humano. Éste es un proyecto evidentemente universitario”.
Repuesta en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, se presenta un montaje con escenografía minimalista (de María Fernanda Dibildox y Janet Maggi) y un reparto que incluye a Ana de la Reguera en el papel de Desdémona, Cecilia Suárez como Emilia, Carlos Corona como Yago y Hernán Mendoza como Otelo.
“Para transformar un equipo de actores que puedan interpretar a Shakespeare lo primero que se necesita es personas que hayan tenido experiencias teatrales, que tengan mucho talento y una metodología, pero sobre todo una gran pasión y mucho respeto por el lenguaje, así como curiosidad por los impulsos del ser humano porque para crear relaciones completas, personajes también completos y situaciones límite se necesita tomar riesgos en escena”, dice Ríos.
Y eso, asegura, no es fácil. Y aunque habrá quienes piensen que la inclusión de Ana de la Reguera en el elenco responde a una cuestión de taquilla, Ríos explica que no fue por ello. “La invitación que le hice a Ana de la Reguera fue por su talento, por su compromiso y trabajo, y por ser una persona que siempre quiere evolucionar como actriz. De hecho, Ceci Suárez fue quien le comentó a Ana que ella estaba en Otelo haciendo a Emilia, y Ana le preguntó quién hacía a Desdémona y al saber que nadie, sin que la conociera personalmente, me llamó pidiéndome la oportunidad de hacer el personaje”.
En cuanto a la escenografía, la directora está convencida de que el minimalismo es casi como una regla no escrita en estos casos. “Cuando vas a estrenar una obra de espacios y de tiempos diferentes lo mejor es que no haya nada. Haces una escenografía minimalista, que a veces parece que en escena es mucho más barato, pero a veces sucede lo contrario porque todos los materiales deben estar bien hechos. El espectáculo es el texto y su dimensión poética, que va a lanzar al público a otro plano de lo que es la literatura, el cual pocas veces se puede ver”.
La traducción del texto fue hecha especialmente para esta puesta en escena de Otelo por Alfredo Michel, doctor en literatura y único miembro mexicano de la International Shakespeare Conference. “Obviamente él sabe perfectamente todas las connotaciones de lo que quiso decir Shakespeare; hizo una traducción especial para nosotros, para nuestro español, muy fiel pero con un español que se acomoda más a la cadencia con la que hablamos. Tuvimos que adaptarla porque la obra original dura mucho: la lectura nos llevó tres horas y cuarto, y eso, en escena, equivalía a cinco horas. Ahora está durando más menos 2 horas 40, así que le tuvimos que hacer cortes en función del público, pero sin sacrificar los conflictos ni la complejidad del personaje”, concluye Ríos.
Otelo se presenta en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque hasta el 27 de septiembre. Ju y vi, 20 horas; sá, 19 y do, 18:00. Do 13 y 20, 19 h. $150. Descuentos: 50% para estudiantes, maestros y beneficiarios del INAPAM con credencial vigente, tarjetas Maestros a la Cultura y Sépalo. Trabajadores del INBA 75% de descuento. Boletos de Gente de Teatro, $45. Jueves al Teatro, $30. Informes: 52.82.19.64.
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