La “Novena sinfonía” de Beethoven se tocará íntegra para celebrar su bicentenario
Por Javier Pérez
El “Himno a la alegría” es una de las composiciones más conocidas de Ludwig van Beethoven. La pieza forma parte del cuarto movimiento de la Novena Sinfonía en re menor, opus 125, coral del compositor alemán, la cual se interpretará íntegramente este 7 de mayo en el Auditorio Nacional para celebrar su bicentenario, pues fue precisamente el 7 de mayo de 1824 cuando se interpretó por primera vez en el Teatro de la Corte Imperial de Viena.
“Doscientos años después la seguimos haciendo y sigue igual de actual, o más, y sigue igual de fresca que cuando se estrenó, dando este mensaje tan importante –dice en entrevista con ForoFoco Rodrigo Macías, quien tendrá la batuta del ensamble que incluye a la Orquesta Sinfónica de México, a tres coros (el de la Universidad Anáhuac, el del Colegio Alemán y el Gradus ad Parnassum) y a cuatro renombrados solistas.
Añade el actual titular de la Orquesta Sinfónica del Estado de México para recalcar eso del mensaje importante: “la Novena sinfonía de Beethoven incluye, como mucha gente sabe, ‘El himno a la alegría’ en su último movimiento, que celebra la libertad y el amor entre los humanos, entre los hombres. Es un recordatorio en estos tiempos de que cuando los humanos se ponen de acuerdo y tienen buena voluntad pueden lograr cosas impresionantes. Así que ese es el objetivo de este concierto: celebrar esta obra, celebrar al compositor y hacer un muy pertinente recordatorio a la sociedad mexicana en 2024 de la importancia de la hermandad entre los hombres”.
El himno a la alegría
El cuarto movimiento de la Novena sinfonía adaptó el poema “An die Freude”, que Friedrich Schiller escribiera en 1785 y que obsesionó a un muy joven Beethoven, quien tenía en mente su musicalización desde mucho tiempo antes de que la hiciera. Decidió incluir voces en una composición sinfónica, algo nunca antes realizado.
La obra, cuya partitura original fue inscrita en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO en 2001, fue adoptada como Himno de Europa en 1985, en una versión adaptada por el célebre Herbert vin Karajan.
El maestro Macías insiste en resaltar el mensaje de hermandad de la pieza: “Me parece que es inclusive más importante ahora que hace 200 años, con los tiempos que corren, con la época que vivimos tan compleja, no solo en México, sino en el mundo. Hace mucho tiempo que uno habla de buena voluntad pero a veces la buena voluntad es lo que menos existe”.
La dificultad de la “Novena sinfonía”
Rodrigo Macías. Foto: Instagram |
El maestro Macías resalta la espectacularidad con la que abordarán la interpretación de la Novena sinfonía.
“Es una de las obras más difíciles del repertorio, es de la más amadas pero es de la más difíciles, porque tiene muchos cambios, es larga, tiene cuatro partes y dura 80 minutos, así que tiene muchos retos, es una obra con un grado de dificultad alto, pero tenemos un gran equipo”.
Los solistas mexicanos que se presentarán son la soprano Angélica Alejandre, la mezzosoprano Alejandra Gómez, el tenor Rodrigo Garcíarroyo y el barítono Tomás Castellanos.
El maestro Macías sostiene que la mayor complejidad interpretativa está en el cuarto movimiento. Explica: “Participan todos y es un movimiento que tiene muchos cambios: de pronto es rápido, de pronto es lento, de pronto otra vez vamos… todo eso es muy complicado porque somos cerca de 200 personas, entonces ir todos a la misma velocidad, con el mismo ritmo, es algo complejo”.
Y resalta nuevamente el mensaje de la obra de Beethoven. “Está el aspecto interpretativo. Me refiero a la capacidad de dar este mensaje. O sea, no basta que uno toque bonito, que toque junto o afinado si no expresa el mensaje al público. A la gente lo que le toca es emocionarse y sentirse atraída por esta música, por este acontecimiento y esa es nuestra chamba. Nuestro reto más subjetivo como músicos y como artistas es volver a traer este mensaje, volver a vivirlo porque la ‘Novena’ de Beethoven está en el papel, pero revive y vive cuando se interpreta, cuando ese papel pasa a ser verdad, cuando pasa a ser vibración, porque el sonido es vibración y las emociones son vibraciones también”.
Y asegura que la reacción del público cambia los resultados. “Espero poder replicar el alma de Beethoven, esta contundencia, este carácter de gran fuerza, pero también los momentos más tenues, los momentos más delicados, entonces vuelve a ser mi objetivo seguir al pie de la letra la partitura pero imprimiendo mi sello. Yo tengo una idea y la orquesta y el coro de lo que va a pasar ahí, pero el cariño, el calor, la energía de la gente nos va a dar un resultado completamente inesperado”.
Además, el maestro Macías subraya que no es un concierto solo para expertos. “Es para todo el mundo. Es la oportunidad de poder escuchar a una orquesta sinfónica si nunca se ha escuchado una. Es un concierto para amantes de la música, para conocedores, pero sobre todo para aquellos y aquellas que nunca han tenido la oportunidad d escuchar una orquesta así en vivo, un coro así de impactante en vivo en un escenario tan espectacular.
Dos obras más en el programa
El programa se complementa con otras dos piezas: la obertura “Egmont”, del propio Beethoven, de unos diez minutos, y “Las danzas polovtsianas”, fragmento de la ópera El Príncipe Igor de Aleksandr Borodin.
“Queríamos abrir el concierto con algo impactante de Beethoven, y “Las danzas polovtsianas” a lo mejor la gente no la recuerda, pero cuando la escuchen en vivo van a decir ah, ya la conocíamos. Queríamos que el coro participara más y en la “Novena” solo participan en el último movimiento y son 20 minutos.”.
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