"Grozni", obra sobre la intolerancia, la intransigencia y la imposición, termina temporada: cuándo y dónde verla

Escena de "Grozni".
Foto de Gabriel Morales tomada de Instagram de @valgaribay 
Por Javier Pérez

La tensión es uno de los mecanismos narrativos de Grozni, obra escrita y dirigida por la destacada actriz Valentina Garibay que está por concluir temporada en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. Y es que la tensión se apodera del espectador desde el momento en que entra a la sala y ve un bulto arrumbado en el piso de la escenografía. 

De la incertidumbre del qué será se suele pasar a la indiferencia del no me importa. Pero al iniciar la obra, un torrente de acción física a partir de un combate escénico de coreografía precisa (azotes, lanzamientos de mobiliario, llaves, machincuepas y un amenazante martillo entre un hombre en calzones y una mujer en disfraz ninja) revierte la indiferencia para instalar un tenso ambiente de incertidumbre permeado por la violencia que pone al espectador de frente a los temas de Grozni: la intolerancia, la fuerza de los prejuicios, el ejercicio despótico del poder (por nimio que este sea), la inmigración forzada vista con desdén patriotero, la falta de libertad de expresión que es punta de lanza de todo el relato, la amistad rota por la militancia y la supuesta superioridad moral que hace "mejores" las creencias propias que las del resto.

Los cuatro actos que conforman la obra están inspirados en igual número de notas periodísticas: la de un periodista checheno refugiado en algún país de la Unión Europea atacado en su casa por un desconocido, la de una periodista amenazada por el gobierno, un hombre que recibe un disparo a plena luz del día en un parque de Berlín y un profesor asesinado por mostrar a su clase, años después, la caricatura que ocasionó el ataque terrorista de la revista satírica Charlie Hebdo en Francia.

Rodrigo Alonso Miranda y Richard Viqueira en "Grozni".
Foto: Luis Quiroz, cortesía Centro Cultural Helénico

Cada uno de los actos tiene un camino diferente: de la tensión impactante del primero se pasa a la tensión exasperante, luego a la tensión reflexiva para concluir con la veloz tensión contundente que expresa sin tapujos una idea que a Valentina ya le costó incluso conflictos con el algoritmo de Facebook: se vale “cagarse en dios”, en la idea de dios, y eso no tendría que provocar recriminaciones ni reprimendas.

Sin embargo, en esta época de aparentes aperturas a lo diverso aún se vive en medio de la intolerancia, la intransigencia y la imposición. En ese sentido, Grozni no tiene que recurrir a lo apologético, le basta la mera descripción de los hechos y una narrativa escénica funcional en su aparente sencillez producto de su compleja coreografía cortesía de Samantha Konstat y la propia autora. 

A pesar de la dureza del trasfondo, en Grozni hay mucho humor, ya sea en los diálogos monologales de la escritora de constante introspección a su traumatizante infancia llevados con soltura por Pilar Ixquic Mata, que en el baile ruso ejecutado con tremendo derroche técnico por parte del también dramaturgo Richard Viqueira o en las manías exasperantes del interrogador policial interpretado por Rodrigo Alonso Miranda y en esa primera transición escenográfica en la que mueve los muebles bailando. 

Rodrigo Alonso Miranda y Richard Viqueira en "Grozni".
Foto: Gabriel Morales, tomada del Instagram de @valgaribay

Pero esos no son los únicos papeles de estos actores, que cambian de registro entre una escena y otra, así como de acento: aprovechando las convenciones de lo que sería un acento ruso, francés o simplemente extranjero, dicen sus diálogos con esos acentos para situar al espectador sin necesidad de más explicaciones. De este modo, le dan un contundente toque fársico que acentúa los cuestionamientos que propone la obra.

Grozni, además, presenta elementos que resaltan las tensiones, como el combate escénico, la exigencia física, uso de navajas y martillos, así como explosiones que apoyadas en el diseño sonoro de Emiliano Suárez, la iluminación de Viqueira y los efectos especiales de Alejandro Jara inyectan matices interesantes a una obra de una dramaturga y directora a la que no hay que perderle la pista: Valentina Garibay, quien ya había mostrado su capacidad actoral, debuta con fuerza.

Quedan tres funciones de Grozni: miércoles 19, jueves 20 y viernes 21 de julio de este 2023 a las 20 horas. Puedes comprar tus boletos aquí

Rodrigo Alonso Miranda en "Grozni".
Foto: Luis Quiroz, cortesía Centro Cultural Helénico

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